Luego vino lo más emocionante que era como descolgar un herido, anclaje en un árbol con cintas un mosquetón nudo dinámico un Ocho en un extremo de la cuerda, el herido, con arnés de fortuna, con un mosquetón HMS, ya enganchado con diversas maniobras de seguridad, este comenzaba a bajar lentamente, para subir otra cuerda a otro árbol y usar el nudo Machard, todo era bajo la estricta supervisión de Sergio y el “lemu” un día intenso, la noche llego y un asado sirvió para conocernos mas y ver la diversidad de personas que componían el grupo, ingenieros, técnicos docentes, etc, y Sergio, un hombre con una forma de ser muy especial, rudo talvez, pero una experiencia personal lamentable lo había formado en el rigor, era lo que podríamos llamar un hombre celoso de su trabajo, y sumo creyente en la seguridad.
Al día siguiente, con lo anterior aprendimos lo más increíble para el que suscribe, hacer una camilla con solo una cuerda, transportar un herido al unísono, un solo equipo una sola mente, luego el cruce del rió, simple pero eficiente.
La tarde llego y partimos de vuelta cansados pero con gusto a poco, algo faltaba, algo que conoceríamos en la salida a Lagunillas.
